Escuintla, 5 de noviembre de 2024.- El presidente Bernardo Arévalo afirmó hoy que con el nuevo Centro de Máxima Seguridad las autoridades guatemaltecas asumen de manera efectiva el control de la prisión conocida como “El Infiernito” ubicado en esta localidad.
En la inauguración de la nueva instalación carcelaria denominada Centro de Máxima Seguridad Renovación I, ratificó el objetivo de las autoridades de seguridad en el sentido de que “las cárceles ya no serán centros del crimen”.
Recalcó que la reestructuración de “El Infiernito” era un lugar donde los presos “controlaban las normas” y “definían qué se hacía” en cuanto a la actividad delictiva que afectaba a la población.
“Hoy, Renovación I es un espacio donde los privilegios se acabaron”, sostuvo el presidente Arévalo, quien aseveró que con la construcción del Centro de Máxima Seguridad Renovación I “seguimos retomando el control de las cárceles”.
Las autoridades del Ministerio de Gobernación, encabezadas por el titular Francisco Jiménez, entregaron este martes las obras de reestructuración del centro penitenciario que se conoció como “El Infiernito”, desde donde los criminales planeaban y dirigían los ilícitos, en detrimento de la seguridad de población.
El Infiernito, cuartel general de poderosos criminales
El presidente Arévalo consideró “indispensable” contar con cárceles funcionales y efectivas, “para que la aplicación de la justicia sea efectiva”. Cárceles como El Infiernito no le daban seguridad a la población.
“Todo lo contrario. Eran espacios donde la extorsión y el tráfico de drogas, entre otros delitos, encontraban un refugio permanente”, puntualizó en la actividad a la que asistieron los directores de la Policía Nacional Civil y del Sistema Penitenciario, entre otros funcionarios de seguridad.
El Infiernito “era un cuartel general desde donde los delincuentes podían perpetuar su negocio, irónicamente mientras cumplían su condena”, indicó al referirse al establecimiento, ahora reestructurado.
En el antiguo penal, “la única ley que mandaba era la ley del más fuerte”, bajo la cual “los reos más poderosos ocupaban “apartamentos”, con privilegios y comodidades”.
Reiteró la denuncia de que “este era un centro en donde el Estado cerraba los ojos, donde lo que ocurría en las celdas, en los pasillos, en los patios era convenientemente ignorado por las autoridades”, y donde se perpetraron delitos “terribles”.
Destacó también que “en este nuevo centro de detención, el área administrativa está separada efectivamente del área de privación de libertad, minimizando así la exposición de los guardias” penitenciario a “los riesgos de convivir” con los reos.
“El pueblo de Guatemala es un pueblo de personas honestas y trabajadoras, y estamos empezando a darle a ese pueblo la seguridad que se merece”, enfatizó el presidente Arévalo, tras recalcar que “las cárceles ya no van a ser los centros de crimen que fueron”.
Dijo que Renovación I se tomará como un modelo que se expandirá “hasta transformar todo nuestro Sistema Penitenciario”, con lo que se podrá “reducir notoriamente el crimen en las calles de la ciudad”.
El ministro de Gobernación, quien acompañó al presidente Arévalo en un recorrido por las nuevas instalaciones carcelarias, afirmó que “El Infiernito”, una prisión a la así denominaron en “gobiernos anteriores los criminales, ha quedado en el pasado”, y ahora será ocupada por unos 250 reos.
Jiménez puntualizó que con la reconstrucción del Centro de Máxima Seguridad “se reforzaron las medidas y se renovó por completo la guardia (personal) del Sistema Penitenciario (SP) para prevenir actos de corrupción y privilegios en el futuro”. En este lugar estarán recluidos, dentro de unas semanas, presos “de alta peligrosidad”, refirió.