Washington, 26 de marzo de 2024.- El presidente Bernardo Arévalo presentó hoy una disculpa pública en nombre del Estado de Guatemala a la familia de la adolescente María Isabel Véliz Franco, raptada y asesinada, quien no recibió justicia pronta y cumplida y fue revictimizada durante el proceso.
En un acto solemne en el salón “Rubén Darío” de la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el mandatario se dirigió a los miembros de la familia, Rosa Elvira Franco Sandoval, mamá, y Leonel Enrique y José Roberto Véliz Franco, hermanos, para ofrecer en nombre del Estado “una disculpa pública y abierta” por la falta de justicia y negligencia de autoridades en el caso de la adolescente ultimada.
Doña Rosa y sus hijos “han tenido que abandonar Guatemala por el miedo a las represalias, por pedir justicia, por el simple hecho de que algo tan fundamental como pedir justicia en un país cooptado por la corrupción, acarrea consecuencias y peligros para cualquier persona”.
Destacó que por eso el acto se llevó a cabo en la sede de la OEA en la capital de Estados Unidos. “Hemos venido hasta donde Rosa y su familia están residiendo para decirles que guardamos absoluto respeto por la historia de su hija. Por la historia de ustedes”.
“Estoy consciente de las desatenciones que les ha tocado vivir por parte del Estado, así como de las constantes revictimizaciones y negligencias de los que han sido víctimas”.
Apoyo y solidaridad con familia de Véliz Franco
“Estamos acá con ustedes, con sus connacionales reunidos en esta sala, con una comunidad entera extendiendo nuestro abrazo de solidaridad y de humanidad en el que se recoge la calidez de toda la población guatemalteca que añora el cese de la violencia contra las mujeres”, enfatizó.
A la actividad asistieron el canciller Carlos Ramiro Martínez, el director ejecutivo de la Comisión por la Paz y los Derechos Humanos, Héctor Osvaldo Sosa Samayoa, autoridades de la Corte Interamericana de Justicia y representantes de organismos internacionales, entre otros.
“Quiero subrayar el hecho de que este pedido de disculpas no es un acto obligado, un acto simple de cumplimiento de una sentencia. Es un acto sincero, honesto, particularmente orientado a dignificar la memoria e historia de las víctimas, al igual que las de sus familias”, aseveró el presidente Arévalo.
Resaltó su compromiso, como presidente de la República, “de requerir a los funcionarios y empleados públicos la debida diligencia para atender nuestras obligaciones, para que los derechos humanos sean efectivamente atendidos y respetados los derechos de todos y cada una de las personas, sin discriminación alguna”.
Consideró imprescindible que este acto “sea el inicio de un camino en donde todas y todos debemos trabajar en conjunto para proteger a las mujeres de todas las edades, dando certeza de que pueden acceder a una vida libre, sin prejuicios, sin etiquetas, sin miedos”.
Destacó que “la violencia no es tolerable contra ninguna persona, de donde sea que provenga”. Guatemala “tiene que avanzar para librarnos de la violencia, librarnos del miedo y permitir que como sociedad nos reconciliemos para vivir en armonía y garantizar el bienestar común”.