Guatemala, 12 de julio de 2024.- El presidente Bernardo Arévalo afirmó hoy que lastiman a los guatemaltecos los casos, ocurridos hace unas tres décadas, de separación injustificada y forzada de niños de sus familias, mientras las autoridades, con negligencia y posible complicidad, permitieron este tipo de injusticias.

El mandatario, acompañado de la vicepresidenta Karin Herrera, encabezó el acto público de reconocimiento de responsabilidad en el caso Ramírez Escobar y otros contra el Estado de Guatemala.

“Nos lastima a los guatemaltecos como pueblo que en nuestra historia la separación injustificada, involuntaria y forzada de niños, niñas y adolescentes de sus familias haya sido consentida e incluso facilitada por el Estado”, afirmó en acto solemne llevado a cabo en el Patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura.

“En nombre del Estado al que represento, como Presidente Constitucional de la República de Guatemala”, ofrezco una disculpa pública por los hechos de los que fueron víctimas, dijo ante Osmin Ricardo Tobar Ramírez, Flor de María Ramírez Escobar y Gustavo Tobar Fajardo.

Las disculpas públicas en este caso concreto -para Osmin, para doña Flor, para don Gustavo-, sirven también “para representar las disculpas que el Estado de Guatemala le debe a cada una de las familias y de las personas a la que les falló por la acción o la omisión de cualquier funcionario público”.

Osmin Ricardo es hijo biológico de Flor de María y Gustavo, familia presente en el acto solemne en el que se reconoció la responsabilidad del Estado de Guatemala en el caso en que se entregó al pequeño a una familia estadunidense mediante una adopción irregular que involucró a jueces, notarios y funcionarios guatemaltecos.

 

Romper el ciclo de condiciones que generaron estas injusticias

“La instrumentalización del Estado para facilitar estas acciones no tiene justificación, no tiene excusa y es condenable en todo sentido”, aseveró el presidente Arévalo.

Indicó que en “este caso específico, el desgarramiento personal de doña Flor, don Gustavo y Osmin y su hermano es un ejemplo de lo que no puede permitirse que vuelva a suceder”.

“Doña Flor, don Gustavo. Sus vidas sin duda han quedado marcadas por este desgarramiento trágico”, puntualizo.

“Pero hoy reciban el abrazo de todo un pueblo que celebra que se encuentren reunidos y que representados por sus autoridades, les extienden una muestra de solidaridad fraterna y ciudadana”.

Indicó que con este acto “nos comprometemos a superar las malas prácticas, las malas políticas, la impunidad, la indiferencia y la negligencia que ha permitido que de parte del Estado y sus instituciones no se proteja a familias, como la familia que sufrió este desgarramiento”.

Sostuvo que “a cada uno de los funcionarios de este gobierno, les hemos indicado que los derechos humanos son el horizonte al cual debemos avanzar para alcanzar una vida en paz y en armonía”.

El presidente Arévalo, en este sentido, recalcó que “los derechos humanos son el cimiento de la convivencia democrática”.

Guatemala “debe salir adelante, debe superar esa historia de desgarros y un acto como el de hoy nos acerca”.

“Nos permite sumar a esa reconstrucción del tejido social, que es necesaria para restablecer la reconciliación y ejercer una vida en sociedad en pleno respeto de la dignidad” de todos los guatemaltecos, enfatizó.