Guatemala, 25 de febrero de 2025.- El presidente Bernardo Arévalo afirmó hoy que no se puede construir un futuro si se ignora la historia y ratificó la voluntad del gobierno de apoyar a las víctimas del pasado conflicto armado de Guatemala.

“No hay futuro sin historia”, recalcó en un mensaje por la conmemoración del Día Nacional de la Dignidad de las Víctimas del Conflicto Armado Interno (1960-1996), celebrado este 25 de febrero en el Patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura.

El presidente Arévalo dijo que “no hay futuro sin historia”, por lo que no se podrá “construir un futuro mejor sin conocer, sin reconocer y sin aceptar la verdad”.

En la celebración oficial de la fecha participaron la ministra de Cultura y Deportes, Liwy Grazioso, y la titular de la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos (Copadeh), Yolanda Pérez Ruíz, entre otros funcionarios.

El mandatario respaldó una de las conclusiones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH, 1996), una instancia guatemalteca apoyada por las Naciones Unidas que investigó y documentó las atrocidades cometidas durante la guerra interna.

“Hoy, al rendirle este merecido homenaje, recordamos también las palabras de la CEH”, en el sentido de que “es responsabilidad del Estado guatemalteco elaborar y promover una política de reparación a las víctimas y sus familiares”.

Esta política tiene “el objetivo prioritario de dignificar a las víctimas y garantizar la no repetición de las violaciones de derechos humanos y hechos de violencia vinculados al enfrentamiento armado”, puntualizó.

Aseveró que “este compromiso sigue vigente” y ratificó la disposición del gobierno de “honrar los compromisos adquiridos por el Estado de Guatemala y dar vida legal al Plan Nacional de Dignificación y Reparación de las Víctimas Civiles del Conflicto Armado Interno”.

Se trata de “un compromiso que no se adopta, que no tiene un rango políticamente prioritario nada más, sino que se convierte en una obligación moral”, indicó.

Tras expresar “nuestro respeto y nuestra solidaridad con las víctimas del conflicto armado interno”, indicó que el país que se construye en esta administración “sienta sus bases en reconocer la dignidad de cada persona, en tejer una sociedad más justa e inclusiva”.

Distinción del Cambio de la Rosa de la Paz: Otilia Lux de Cotí

El mandatario se refirió también a la ceremonia del cambio de la Rosa de la Paz, que consideró un acto “que reivindica una y otra vez la dignidad de quienes sufrieron y siguen sufriendo los efectos de esa violencia”.

“Hoy conmemoramos no solo la dignidad de las víctimas, conmemoramos también la entrega del informe Memoria del Silencio”.

Puntualizó que este documento, relacionado con el proceso de paz guatemalteco, “recoge la magnitud del drama que vivió el pueblo guatemalteco, particularmente de manera cruel las comunidades indígenas, durante la negra noche del autoritarismo y el enfrentamiento armado interno”.

Enfatizó en que “constantemente debemos vernos” en la historia planteada en este informe, “para impedir que se repitan, que volvamos a repetir las atrocidades que ahí se relatan”.

Ese informe, junto al de la Recuperación de la Memoria Histórica Guatemala Nunca Más, “iluminan la verdad de nuestro pasado”.

“Pero recordar no es solo un ejercicio de memoria”, sino que “es una afirmación de que la vida y la dignidad humana no pueden estar subordinadas a la política, sino que deben ser el centro, la motivación y la razón de su acción”.

En el acto, la ex integrante de la CEH, Otilia Lux de Cotí, encabezó “el acto de honor” del Cambio de la Rosa de la Paz que, como es tradición, se cumple ante el Monumento a la Paz que domina en el Patio de la Paz.

El presidente Arévalo dijo que “su rol” en la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, “permitió iluminar las dimensiones étnicas y de género de la violencia a la que nuestra sociedad fue sometida durante años”.

Lux de Cotí, ministra, diputada, vicepresidenta del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas en las Naciones Unidas, “ha sabido tender puentes entre personas y grupos que de otra manera no se hablarían, ofreciendo siempre la sabiduría y el realismo que da la experiencia, sin abandonar su vocación idealista de progreso y de cambio”, indicó.