Guatemala, 3 de diciembre de 2024.- El presidente Bernardo Arévalo, en nombre del Estado de Guatemala, encabezó hoy el Acto de Disculpa Pública y reconocimiento a la trayectoria de María Alaíde Foppa Falla, escritora y activista secuestrada y desaparecida el 19 de diciembre de 1980 en la ciudad de Guatemala.
El gobierno de Guatemala, que dirige el presidente Arévalo, ofreció la disculpa pública a la familia de Alaíde Foppa, en ceremonia solemne convocada “Por la justicia y la verdad”, llevada a cabo en el Palacio Nacional de la Cultura.
“El acto que estoy asumiendo como jefe de Estado no es el producto de una obligación” o de una “coerción, resultado de una negociación en el marco legal”, sino que “es un acto voluntario” de un Estado que entiende que “reconocer el error, es avanzar hacia la verdad”.
Lamentó el caso, como el de otras víctimas, especialmente mujeres, “que han sufrido por la utilización de las instituciones del Estado”, y denunció a quienes “abusan de estas instituciones para beneficio de una élite de turno”.
Abogó por “construir futuros libres de horror y de violencia que han marcado nuestro pasado y rescatar todo lo bueno, todo lo rico, todo lo vivo, todo lo vibrante que tiene nuestra cultura y nuestro país”.
El presidente Arévalo consideró “rescatar la posibilidad de enfrentar el presente para resolver los déficits de justicia, de equidad, que hemos recibido del pasado”.
“Esta nación puede construir un futuro diferente, un futuro, de paz, un futuro de justicia, un futuro de concordia”, enfatizó en el acto ante la familia de Alaide Foppa, la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, funcionarios e invitados especiales.
“El palacio del horror. Reconocimiento de una tragedia del pasado”
El presidente Arévalo dijo que el acto de este día “merece una reflexión”, la cual “tiene que hablar sobre el sentido que tiene un acto de reconocimiento público, en nombre del Estado, de una tragedia del pasado”.
“El camino a la verdad comienza por el reconocimiento del error”, algo que se aplica a las personas, a las naciones, estimó.
“Al final, la reflexión de la historia del mundo y en los procesos históricos de creación de los estados, nos encontramos con que las naciones nacen de la capacidad de enfrentar la historia, de reconocer los horrores, los errores, los sufrimientos”.
Lo importante “es hacer sentido en términos de una narrativa que permita seguir avanzando en la unidad, equidad, justicia y cohesión”. Pero “no todas las naciones logran encontrar su camino y construir su narrativa”, advirtió.
“Las naciones que lo hacen, lo hacen a partir del proceso de hacer sentido de su historia, una historia que al final más que decir de dónde venimos, nos dice para dónde vamos” y la cual “más que centrarse en los hechos del pasado, los utiliza para poder iluminarnos hacia el futuro”.
“Un acto como este es hacer sentido de la historia”, siempre con el objetivo de “generar el proceso de concordia que es necesario para poder seguir adelante”, puntualizó el presidente Arévalo.
La Premio Nobel de la Paz 1992, en su intervención, agradeció al presidente Arévalo “por este compromiso histórico, porque cuando Alaíde fue secuestrada este palacio era un palacio del horror y hoy, es un palacio donde nos congregamos para dignificar nuestra propia memoria”.
Menchú aseveró que este día recordamos la “eterna presencia” de una mujer como Alaíde Foppa, quien no está ausente, está presente. “Ese es el sentido de la memoria”
“Nuestros ancestros mayas dicen que solamente somos hijos de un tiempo corto”, en el cual muchas mujeres están destinadas a hacer cosas prodigiosas, extraordinarias”, como Alaíde Foppa, quien “dejó una huella” que “es extraordinariamente grande”.
“Quiero recordar a esa mujer elegante, extraordinaria, pero a la vez sencilla, que escucha”. Es a la que he recordado a lo largo de más de 40 años, dijo Menchú.
La Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos (COPADEH), que organizó el acto, indicó que el gobierno ofreció la disculpa pública debido a “las omisiones del Estado de Guatemala tras su desaparición”.
María Alaíde Foppa Falla fue una reconocida poeta, académica, activista de las causas de las mujeres y defensora de los derechos humanos.
La autora fue capturada ilegalmente y luego víctima de desaparición forzada desde el 19 de diciembre de 1980 “en un contexto de represión y violencia que afectó gravemente a intelectuales y defensoras de derechos humanos en Guatemala”, resaltó la COPADEH.